domingo, 20 de julio de 2008

¿EXISTE UNA DRAMATURGIA PARA NIÑOS DE 0 A 3 AÑOS?

Antes de dar una opinión y para hacernos una cabal idea sobre este asunto, reflejo a continuación algunos comentarios e informaciones que he tomado prestados de internet.

1 - Opinión del responsable una compañía (aunque bien pudiera parecer la opinión de un pediatra):
“… Se trata de un espectáculo esencialmente sonoro, para bebés de o a 3 años, porque los niños al nacer no cuentan con una visión plena pero el oído lo tienen perfectamente desarrollado… En la función hemos tenido incluso recién nacidos de sólo 20 días”

2 - Declaración de intenciones de un joven festival de teatro destinado a niños de 0 a 3 años.
“[El festival] nació con la voluntad de potenciar la sensibilidad y la inteligencia emocional de los bebés, a través de las artes escénicas. Sin duda, se trata de un valioso estímulo que les permite desarrollar su imaginación, ayudándoles a construir su realidad. Al mismo tiempo, un ciclo de esta naturaleza introduce a los niños en el mundo de la cultura y la creación, desde sus primeros años de vida. La música, los títeres, el teatro o la danza volverán a ser protagonistas de un conjunto de espectáculos que promoverán las vivencias artísticas y sensoriales de los bebés, dándoles a conocer el mundo a través de juegos escénicos”

3 - Nota informativa referente a un espectáculo programado en el anterior festival:
“Entre los juegos de luces y sombras y diferentes músicas de fondo, unos niños se asustaban en algunas partes o bien se distraían, pero otros se acercaban al espacio donde actuaban los artistas, para tocar los objetos que estos tenían, entrando así en una interacción con los actores, a través de la cual dejaban de ser espectadores para formar parte de la representación. Esta propuesta en concreto se caracteriza por las diferentes texturas que los niños pueden tocar, los colores y sonidos, que en ocasiones repiten. En definitiva, se trata de un acercamiento al teatro de forma sugerente y sensorial.”

4 - Información de una rueda de prensa de una asociación que organiza un festival para niños de 0 a 3 años:
“[El festival] dedica a los niños de 0 a 3 años cinco espectáculos. La Asociación defiende la necesidad de crear y programar teatro, danza y música para la primera infancia. Los niños de 0 a 3 años no son «adultos pequeñitos»; por la misma razón que «toman biberones y comen una comida especial para ellos», necesitan una cultura adaptada a sus necesidades y a su forma de ver el mundo… En la asociación están «hartos» de oír que ciertas actividades culturales infantiles pretenden «preparar el público del futuro. Defendemos que los niños de 0 a 3 años son público aquí y ahora y deben ser objeto de creación y de programación”

Estas reseñas nos aproximan ya al meollo de la cuestión pero todavía no estamos en condiciones de pronunciarnos con objetividad hasta que no sepamos, recurriendo a la Psicología Evolutiva, en qué estadio se encuentran los niños de 0 a 3 años. Piaget, uno de sus más insignes investigadores, centra su trabajo en el campo de la inteligencia y distingue los siguientes períodos o estadios:

1. Sensorio-motriz. Consta de 6 sub-estadios, se caracteriza por un desarrollo motriz y abarca los 2 años primeros de la vida del niño.
2. Pre-operacional. Consta de 2 sub-estadios: el pre-conceptual (de 2 a 4 años) y el perceptivo o intuitivo (de 4 a 7 años).
3. Operacional Concreto (de 7 a 11 años). Se caracteriza por el pensamiento lógico.
4. Operacional Formal (desde los 11 años hasta la madurez). Se caracteriza por la lógica de proposiciones y la aptitud de razonar a partir de una hipótesis.

La Sicología Evolutiva nos señala otros aspectos importantes en las etapas de crecimiento del niño que queremos resaltar:

1. La función simbólica; es decir, los requisitos para que el niño tenga capacidad para imaginar y evocar un objeto aparecen de los 2 a los 3 años. En la práctica, la función simbólica se manifiesta en el juego y en el lenguaje que a los dos años es imperfecto. En cuanto al juego hay leves indicios de socialización pero lo que prevalece es el juego paralelo (cada niño juega a su aire, individualmente).
2. La conciencia de “identidad”; es decir el momento en que el niño se reconoce a sí mismo en medio de los otros, se produce a partir de los 3 años.

Resumiendo: en los dos primeros años de vida del niño prima el desarrollo sensorial y motriz. A partir de los dos años aparece una incipiente capacidad simbólica y una suerte de pensamiento intuitivo o perceptivo (nunca deductivo), pero todavía no es capaz de comprender conceptos, carece de pensamiento lógico y menos aún de una aptitud para razonar y construir proposiciones lógicas. En cuanto al juego como vehículo de socialización y la conciencia de alteridad; aparecen sólo tenuemente a partir de los 3 años.

Ya tenemos un aspecto de la cuestión claro, ahora necesitamos saber algo más sobre el concepto de dramaturgia. Marcelo Bertuccio en su blog define de manera magistral todos los aspectos que la conforman.

Yo sólo diré que la dramaturgia es el arte de construir y poner sobre escena un drama. La dramaturgia, en su aspecto formal, es una estructura compleja y sistemática (sujeta por lo tanto a principios y reglas específicamente teatrales que doy por sabidas y no voy a enumerar); que adquiere su verdadera dimensión cuando sale del ámbito autor y se confronta con el público, es decir; cuando se representa. Es con la puesta en escena cuando se producen determinados efectos en el espectador y cuando se despliega en plenitud toda la estructura sicológica, ideológica y estética de la obra. La representación teatral es esencialmente comunicación con el espectador que posee mecanismos mentales suficientes para desentrañar las claves de la representación.

Llegados a este punto volvemos a preguntar: ¿existe una dramaturgia para niños de 0 a 3 años? Opino -aunque todo puede ser rebatido- que no, que los bebés no se miran en el espejo del teatro porque aún no pueden entender y desentrañar los aspectos sicológicos, estéticos e ideológicos de la obra. Los niños de 0 a 3 años no han desarrollado todavía ningún tipo de pensamiento deductivo, ni lógico, no razonan, carecen de función simbólica y de conciencia de alteridad. Y aquí me paro; es precisamente esa ausencia de alteridad, de saberse otro, la que les aísla del mundo que les rodea (también del acto teatral que es comunicación) Cuando uno toma conciencia de su identidad, de saberse diferente, nace el deseo de conocer a los demás y el mundo que nos rodea; surge, por lo tanto, la curiosidad de conocer lo diferente.

Y en cuanto a los aspectos formales, de este tipo de propuestas, reproduzco algunas palabras de las reseñas señaladas anteriormente “…Se trata de un espectáculo esencialmente sonoro”… “Esta propuesta en concreto se caracteriza por las diferentes texturas que los niños pueden tocar, los colores y sonidos, que en ocasiones se repiten”. No cabe duda que las compañías que realizan propuestas de este tipo han estudiado bien al público que van dirigidas, proponen siempre una estructura sencilla; cosas nada complicadas y acordes con la etapa evolutiva (sensorial y motriz) del niño de 0 a 3 años ¿Pero realmente podemos llamar a esto teatro? Personalmente sigo pensando que no es teatro. Pondré otro ejemplo (quizá demasiado simplista pero gráfico): un padre asomado a la cuna de su bebé, agitando un sonajero y diciendo ¡ajo, ajo!… ¿está realizando una representación teatral? Obviamente, no. Y si sacamos el sonajero y el padre del ámbito del hogar, lo situamos en un espacio escénico más o menos cuidado; ¿le estamos dando al hecho una dimensión teatral? Pues en principio, tampoco si no lo dotamos de una intencionalidad y estructura dramática.

Entonces si no es teatro; ¿qué son este tipo de propuestas que tanto están proliferando? Pues lo indica perfectamente el joven festival en su declaración de intenciones: “… Voluntad de potenciar la sensibilidad y la inteligencia emocional de los bebés… Sin duda, se trata de un valioso estímulo… Juegos escénicos”…. Pues así corresponde llamarlo; estímulos valiosos para el bebé (como el acto del papá con el sonajero), juegos escénicos, o mejor dicho; juegos de guardería o ludoteca, pero no obras de teatro al menos desde el punto de vista teórico-formal.

¿Por qué el empeño de llamar a estos juegos dramáticos obras de teatro? Yo planteo una hipótesis (advierto que sólo es una hipótesis): la vida del cómico es bastante dura, hay una competencia feroz, está todo trillado… Para tener éxito y bolos, las compañías necesitan encontrar la panacea, la idea más brillante y original en la que nadie reparó jamás. ¡Eureka!: obras de teatro para niños de 0 a 3 años, un segmento de la población sin oferta cultural alguna; algo inaudito e imperdonable ¿Cómo nadie se había percatado antes? Corríjame alguien si me equivoco, pero creo que toda esta idea elitista empezó en Francia y pronto la tomaron prestada multitud de compañías españolas con sumo entusiasmo y sin ninguna mala intención.

Pero incluso admitiendo que este tipo de espectáculos sean teatro, cabe hacer otra objeción; su desmedida obsesión por acotar de forma tan cerrada las edades. En cuyo caso, la pregunta del encabezado de este artículo debería sustituirse por ésta otra: ¿Es necesaria una programación para niños de 0 a 3 años? Muchos cómicos y titiriteros que se dedican a producir espectáculos para público familiar, se van a identificar con lo situación que ahora describo: el público familiar es variopinto, llegan padres y abuelos con niños de todas las edades, incluso criaturas con pocos meses de vida que apenas balbucean. La obra no está pensada ni recomendada para un público tan pequeño, pero es inevitable que este público llegue acompañando a padres y hermanos. Bueno, pues por una razón casi mágica, el bebé se engancha con la obra y apenas pestañea. De repente, se ve atrapado por la atmósfera del espectáculo, aunque sea incapaz de entenderlo en toda su plenitud. Luego; también es un error que alguien piense haber descubierto la panacea, porque a los espectáculos familiares siempre ha llegado público muy pequeño, sin haberlo pretendido y sin haber tenido la necesidad de acotar tanto las edades.

Y el público adulto, los papas y mamás que acompañan a los bebes, ¿qué opinan de todo esto? La gente realiza actos de “consumo cultural” (que nada tienen que ver con la CULTURA con mayúsculas) y le gusta consumir espectáculos que a priori prometen ser novedosos y originales. Estos juegos dramáticos, ahora se prodigan bastante en ferias y festivales de teatro para niños. Sus condiciones de representación lo impregnan de una idea muy de "delicatesen" y un aire casi elitista dentro de la programación: duran no más de media hora y tienen un aforo muy reducido (a veces de menos de 20 personas)

Yo he visto varios “juegos escénicos” de este tipo. Uno a cargo de una compañía francesa de cuyo nombre no quiero acordarme. El jueguecito, me pareció una trampa mortal para los pequeños, que colocaron en el centro del espacio escénico tomándolos como rehenes. Los críos estaban apabullados, asustados y sin posibilidad de elección ni de escapatoria. Ganas no me faltaron de parar el espectáculo y rescatarlos.

Vi, de una compañía española de cuyo nombre verdaderamente no me acuerdo, otro de estos juegos escénicos (con importante apoyo de dinero público en la producción) donde se limitaban a proyectar dibujos animados. Había; eso sí, dos actores en escena cuyo único “objetivo dramático” fue presentar la proyección, suspirar y sonreír constantemente de forma bobalicona. He visto más juegos de este tipo, pero sinceramente ya me he olvidado de ellos.

Al hilo de este asunto se me acaba de ocurrir una brillante y original idea que yo regalo a todo aquel que quiera tomarla prestada. Y regalo generosamente la idea porque -pobre de mí- yo no soy capaz (lo reconozco) de llevarla adelanta con éxito. Ahí va la feliz idea: se trata de hacer obras de teatro para los Nasciturus y sin límite de edad (desde que es concebido hasta que nace) ¿No es brillante?

No hay comentarios: